lunes, 28 de octubre de 2013

Diego Cañamero en Las Palmas de Gran Canaria (HermesCanarias)


Historias del paro: sobrevivir no es un fraude


<em>Historias del paro: sobrevivir no es un fraude</em>

Un hombre frente a una oficina de empleo. FERNANDO SÁNCHEZ

 
Esther es el nombre imaginario de una persona real, un nombre en el que pueden verse identificados muchos de los españoles de este país. Tiene 37 años, dos hijos menores de diez años y una hipoteca que le ahoga la vida. Sus ojos muestran el cansancio propio de quien no para de luchar para salir adelante y no encuentra más que obstáculos y desesperanza. Acude a apuntarse al paro como cada 15 días, en los que la ETT para la que trabaja le despide. “En 15 días me volverán a llamar”. Así lleva desde el verano. “Supongo que soy una de esas de las que le sirven al gobierno para decir que el paro baja, no lo sé”. Su marido se encuentra cobrando el subsidio, 426 euros que se unen a los apenas 300 que Esther consigue con su trabajo con la ETT. Esta familia es una de las que según el gobierno defrauda al completar su prestación o subsidio con algún trabajo. El marido de Esther a veces se consigue unos 200 euros extra en chapuzas. Con una hipoteca cercana a los 600 euros dependen de ese dinero para poder comer.
Las declaraciones de la vicepresidenta del gobierno Soraya Saenz de Santamaría en las que acusaba a más de 520.000 personas de ser defraudadores tienen nombres y apellidos. La vicepresidenta volvía a poner un estigma en las personas que sufren el drama del desempleo sin importarle para ello usar la mentira. La verdad es que sólo 60.000 personas cobraban alguna prestación y a la vez trabajaban en la economía sumergida. Pero incluso estas personas que el gobierno llama defraudadores son en su mayoría personas que lo hacen para subsistir, y sobrevivir, no es un fraude.
Carlos tiene 42 años y se ha dedicado a la construcción toda la vida, ahora vive con sus padres y tienen los ingresos de su padre jubilado, a veces hace reformas en casas de conocidos y con eso ayuda en casa. “Claro que hago trabajos en negro, y con eso comemos una semana en mi casa, yo no cobro ni siquiera el subsidio, pero si lo cobrase no iba a rechazar la oportunidad de ganar 100 euros por una chapuza. Tenemos que comer, me importa muy poco que digan los políticos que viven en una burbuja que eso es fraude”.
El ataque sistemático a los parados tratándolos como parásitos, vagos e insinuando que no trabajan porque no quieres es habitual desde las instituciones empresariales y del gobierno. Juan Rosell, presidente de la CEOE, se atrevió a pontificar sobre el derecho a la prestación por desempleo que todos tenemos: ”Quien se apunte al paro porque sí, habrá que decirle que no”. Desde la CEOE siempre han tenido al colectivo de los parados como objetivo primordial de sus diatribas. Todos recordamos las declaraciones de Jose Luis Feito, directivo de la CEOE, que declaró que un parado debía aceptar un trabajo aunque fuese en Laponia y que si no debía retirarse la prestación. Los empresarios, que son parte imprescindible de la economía sumergida y que sin ellos un trabajador no podría trabajar sin contrato haciendo horas.
Alejandro es un obrero de 32 años que echaba horas con una empresa de la construcción, una subcontrata de las que trabaja para las grandes. “De las que pagan el sueldo a Cristiano”, me dice entre risas. Acaba de quedarse en el paro, él tiene derecho a una prestación y me dice que me va a resultar muy difícil encontrar a alguien que cobre prestación y la vez trabaje, “Cada vez somos menos los que cobramos algo del paro y ya no hay horas para echar en la calle, imagínate encontrar a alguien que tengas las dos cosas. Ese casi es un privilegiado”.
Muchas de las historias del paro son historias de desesperanza, gente que ha perdido la ilusión por trabajar, por valerse por sí mismo, las caras de tristeza asolan al ser escrutadas, sonrisas impostadas que aparecen sólo para que no asomen las lágrimas en las caras del que se preocupa por su situación. Gente que abandona las listas del paro por sentirse una carga para la sociedad y sabedores que no serán llamados jamás por trabajar. “Venir al paro duele, cuando llevas más de 3 años sin trabajar y pisas esta oficina, se te pega la tristeza de la gente, hay más dolor que en un hospital”. Son palabras de Alain, un albañil de 53 años que vive en casa de sus padres jubilados. “Voy a empezar un curso que me ha pagado yo, por lo menos salgo de casa”.
Esa necesidad de la gente por hacer algo. Lo que sea. Es de la que se valen ahora los ayuntamientos gracias al programa eufemísticamente llamado “Programa de colaboración social” para desempleados. Un programa de “formación” para desempleados con prestación de obligado cumplimiento que incluso contrata por sueldos de 219 euros a parados. “Algunos parados aceptan voluntariamente el programa, hay gente de casi 60 años que aceptan el programa para hacer algo, para ellos es un entretenimiento y les viene bien”, dice un técnico de la Comunidad de Madrid que gestiona el programa.
La estigmatización de los parados para la eliminación de los derechos es lo que se esconde de todas estas medidas y declaraciones que se vienen efectuando. Colocar sobre los parados la sombra de la sospecha, trasladar a la opinión pública la sensación de que los parados están en su situación por su responsabilidad. Gente como José Carlos que se enfada de manera ostensible cuando le pregunto por las palabras de la vicepresidenta llamando defraudadores a 520.000 parados. “Cuando oigo a esa gentuza, que viven como reyes, insultar a los que no tenemos ni para comer o tenemos que dejar que se nos caigan los dientes porque no podemos pagarnos un dentista me entran ganas de hacer cosas muy feas”. José Carlos tiene 45 años, es instalador de aluminio y lleva 5 años en el paro y dos sin cobrar prestación, sobrevive en su casa gracias al sueldo de su mujer y con lo que su hija, que vive con su novio, les presta. “Si pudiera haría cualquier chanchullo que estos llaman fraude para poder comer, porque tendré que comer ¿no?”

viernes, 11 de octubre de 2013

Asamblea Trabajadoras y Trabajadores en situación de Desempleo o Precariedad Laboral


Si estás en situación de desempleo, estés cobrando o no la prestación. Si tienes empleo precario y pasas dificultades para llegar a fin de mes. Si eres parado de larga duración o nunca has tenido empleo y estás buscando uno.



SALÓN DE ACTOS DE LOS SINDICATOS 

JUEVES 17 DE OCTUBRE DE 2013, 
20:00 HORAS.
ASUNTOS A TRATAR:
  1. NUESTROS PROBLEMAS, NUESTROS DERECHOS.
  2. COMO ORGANIZARNOS PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS.
  3. CREACIÓN DE UNA ORGANIZACIÓN DE TRABAJADORES PARADOS Y PRECARIZADOS Y PONERNOS EN MARCHA.
  4. ¿QUE VAMOS A HACER? ¿COMO LO VAMOS A HACER?

Es hora de ponernos en marcha, porque tenemos derechos, por nuestra dignidad, por nuestro futuro y el de nuestros hijos.
 

 
 

No somos responsables de esta situación.
Que paguen los culpables. Hay alternativas.
Luchemos por nuestros derechos con dignidad.


Si estás desempleado, ¡No te quedes parado! 
¡JUNTOS PODEMOS!




Convoca:   Trabajadores desempleados y en precario